El rocío cuando se posa en las flores invernales secas y deslucidas, les da un encanto especial y máxime cuando éste se convierte en hielo por las temperaturas gélidas del mes de enero, por eso he nombrado a este trabajo Rosada Blanca a la Drova.
Una mañana subiendo a La Drova, vi en su parte derecha y a la umbría del Cingle Verd una gran extensión de escarcha blanca pensé buen día para fotografiar, pero no llevaba la cámara. Tuve que esperar dos semanas más a que se produjera este fenómeno y entonces con objetivo macro y tubos de extensión realicé este trabajo, que para mi como una expresión más de la naturaleza, me dejo enamorado.
Todo se encuentra en la Madre Naturaleza y que con su eterno amor nos ofrece ¡hay tanta belleza!.
Se helaban las manos, pero no podía parar de realizar fotografías, buscando diferentes encuadres y desenfoques, haciendo que las plantas surgieran de la nada con su inmensa belleza adornadas de su blanquecina escarcha.
Gracias a la escarcha, al Cingle Verd y a las pequeñas y hermosas plantas que me ofrecieron este esplendente dia para fotografiarlas.
Joan Franco.
La Drova, Enero del 2011